
La radiofrecuencia convencional es una forma de oscilación a una frecuencia especial que se transmite por un circuito eléctrico. Cuando la radiofrecuencia se transfiere un tejido provoca la elevación de su temperatura. Mediante ello se consigue coagular o lesionar ciertas áreas anatómicas cuya función deseamos bloquear, como los nervios sensitivos.
En otras áreas de la medicina se ha empleado con éxito, por ejemplo en cardiología intervencionista para tratamiento de ciertos tipos de arritmias, y en oncología para destrucción de algunos tipos de tumores.
Hoy en día se dispone de tecnología sofisticada mediante la cual podemos controlar la elevación de la temperatura y otros parámetros, consiguiendo máxima precisión al efectuar tratamientos con radiofrecuencia.
La nucleoplastia por radiofrecuencia es un tratamiento mínimamente invasivo, que está indicado en pacientes con dolor lumbar, dorsal o cervical causado por los discos intervertebrales. Se realiza mediante sedación endovenosa y anestesia local. Es totalmente percutáneo (no precisa incisión quirúrgica). Consiste en la introducción de una o dos cánulas en el disco intervertebral, mediante guía radiológica. Una vez dispuestas las cánulas, en la zona que origina el dolor, se administra anestesia local y se transmite radiofrecuencia por un circuito eléctrico. Se eleva la temperatura entre 75 y 84ºC, y se mantiene durante varios minutos. Durante el procedimiento el paciente no siente dolor, ya que la región a tratar está anestesiada. Cuando finaliza el tiempo estimado de radiofrecuencia, se inyecta un antibiótico y se retiran las cánulas. Puede tratarse más de un disco en el mismo día. En algunos pacientes se inyecta ozono antes de retirar las cánulas.
El paciente debe llevar una ortesis lumbar semirrígida (faja) durante algunas semanas, o un collarín cervical si el disco o discos que se han tratado es cervical. En el transcurso de algunas semanas se pueden observar los cambios con mejoría del dolor, debido a la cicatrización de las lesiones discales por la radiofrecuencia, y a la reducción del tamaño de las hernias o protrusiones discales. Los resultados óptimos suelen demorarse unos tres meses.
La administración de ozono a dosis terapéuticas tiene diversos efectos sobre el organismo, entre los cuales se hallan su efecto antiinflamatorio, desinfectante antibacteriano y antivírico. Se emplea desde hace años en diversas aplicaciones en medicina, y actualmente se dispone de máquinas dispensadoras de ozono de alta precisión.
La discolisis por ozono, también llamada ozonoterapia intradiscal, consiste en la inyección de gas ozono en el disco intervertebral, ya sea a nivel lumbar, dorsal o cervical. Está indicado en el tratamiento del dolor cuya causa es la degeneración o la fisuración o rotura de uno o más discos intervertebrales, o bien para el tratamiento de las hernias discales.
El procedimiento puede ser ambulatorio y se lleva acabo con sedación endovenosa y anestesia local. Se realiza mediante la inserción de una cánula en el interior del disco intervertebral que deseamos tratar, guiada por imagen radioscópica. Una vez situada la cánula en el interior del disco, se inyecta un contraste para evidenciar las lesiones existentes en el disco (discografía diagnóstica). Posteriormente se inyecta una cantidad predeterminada de gas ozono. Antes de retirar la cánula se inyecta un antibiótico para prevenir una posible infección.
La administración de ozono carece de efectos secundarios, y solamente puede estar contraindicado en casos de hipertiroidismo y de favismo.
La nucleoplastia por coblación emplea radiofrecuencia fría gracias a un sofisticado sistema de refrigeración que mantiene la temperatura algo por debajo de un límite predeterminado. De este modo se permite realizar tratamientos con radiofrecuencia durante mayor tiempo, sí como ampliar el área tratada, obteniéndose muy buenos resultados sin necesidad de movilizar las cánulas.
Se emplea en tratamiento de hernias discales o de dolor lumbar cuyo causa está en problemas degenerativos o lesiones en los discos intervertebrales.
Al igual que la radiofrecuencia convencional, está técnica se realiza únicamente con sedación endovenosa y anestesia local. El cirujano controla en todo momento la posición de la cánula gracias a la imagen radioscópica.
La discectomía por laser o descompresión por laser es una técnica percutánea (mediante una punción y sin necesidad de incisión quirúrgica) para el tratamiento de hernias discales. Mediante su uso se pueden conseguir buenos resultados y de este modo evitar una cirugía abierta.
Consiste en la inserción de una cánula especial, mediante guía por imagen radioscópica, en el interior del disco intervertebral que está herniado. El objetivo es vaporizar una pequeña porción del núcleo pulposo de un disco intervertebral.
Mediante ello se consigue disminuir el volumen del disco así como la presión intradiscal, y creando un pequeña cavidad que permite el retroceso de la hernia de nuevo hacia el interior del disco, dejando así de comprimir el nervio y por lo tanto cesando el dolor. Un pequeño cambio en el volumen del disco puede ejercer grandes cambios en el disco.
Se trata de una técnica percutánea (no precisa incisión quirúrgica), que puede ser ambulatoria, y para la cual no es preciso anestesia general: se realiza bajo sedación y anestesia local.
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